Enfermedad por virus Zika: de la benignidad a la emergencia sanitaria internacional
Resumen
El virus Zika fue identificado originalmente en 1947 en el bosque de Zika en Uganda. Este virus causó casos aislados hasta el año 2007 en que el primer brote epidémico fue detectado en la isla de Yap. El virus es un miembro de la familia Flaviviridae, género Flavivirus, y es transmitido a los humanos por Aedes aegypti, Aedes albopictus y otros mosquitos. En 2015 el virus fue detectado en Sudamérica, en el nordeste de Brasil y 1.500.000 de casos se han estimado que ocurrieron durante ese año. La fiebre por virus Zika es una enfermedad benigna y la mayoría de los pacientes desarrollan un cuadro de fiebre leve, exantema, decaimiento, artralgias y adenomegalias retro auriculares, siendo la conjuntivitis un signo común. Durante el brote de Zika el número de casos con síndrome de Guillain Barré se incrementó y hubo algunos casos de encefalitis y mielitis. El síndrome congénito de Zika fue detectado en octubre de 2015 y Brasil ha registrado alrededor de 1600 casos confirmados. El diagnóstico de la infección por virus Zika se basa en los signos y síntomas clínicos, pero las pruebas de laboratorio se recomiendan para mujeres embarazadas, recién nacidos con manifestaciones neurológicas y pacientes con síndrome de Guillain Barré (SGB). La técnica de RT-PCR es la más útil para la confirmación diagnóstica, pero en algunos casos especiales las pruebas serológicas pueden ser usadas, como en casos de SGB. El tratamiento de la infección por virus Zika es sintomático, pero en casos graves de SGB se pueden usar plasmaféresis o inmunoglobulina. La mayoría de las infecciones congénitas necesitan la realización de técnicas de imágenes y el tratamiento de estos pacientes puede ser costoso para el sistema de salud. Es importante que los clínicos, pediatras y obstetras estén alertas de los casos sospechosos. En este artículo resumimos los principales aspectos clínicos de la infección por Zika.