Las epidemias en la historia: aprendizajes y límites

  • Camila Perochena
Palabras clave: epidemia, historia, COVID-19, cuarentena

Resumen

Durante siglos se creyó que la historia era una “maestra de vida” y era habitual intentar extraer enseñanzas de los acontecimientos pasados. En la actualidad, los historiadores profesionales son reacios a recurrir al pasado en búsqueda de aprendizajes para el presente. No obstante, pensar históricamente nos permite analizar mejor nuestro presente. Ese es el objetivo de este artículo, mirar las pandemias del pasado para darle perspectiva histórica a la que vivimos en el presente.

La epidemia más impactante de la historia de la humanidad es, probablemente, la de peste bubónica que afectó a Europa entre el siglo XIV y el siglo XVIII. Esta epidemia tuvo una oleada devastadora en el siglo XIV, la “peste negra”, que dejó 200 millones de muertos aproximadamente. Se trataba de una enfermedad contagiosa como nunca antes se había visto, hasta tal punto que el concepto mismo de contagio se expandió a partir de allí en el vocabulario médico. ¿Qué enseñanzas nos dejó esa epidemia?

Según analizó el historiador de la medicina Frank Snowden, en ese momento la humanidad aprendió dos cosas que se retomarían en las siguientes epidemias (1). La primera lección fue que en momentos epidémicos las autoridades deben recurrir a los médicos para decidir qué hacer. Es posible sostener que se desarrollaron, así, las primeras formas de salud pública. La situación de excepción llevó a que diversas ciudades convocaran a médicos que conformaron juntas de salud para que ejecutaran las políticas que demandaba la extraordinaria situación. Desde ese momento, la recurrencia a los médicos pasó a ser un repertorio habitual en todas las epidemias.

La segunda lección fue la práctica de la “cuarentena” como la única forma de detener el contagio cuando no se conoce un tratamiento para la enfermedad. En el caso de la peste bubónica, había un total desconocimiento sobre qué era lo que transmitía la enfermedad. Frente a eso, desde fines del siglo XIV, las autoridades de algunas ciudades comenzaron a ordenar la reclusión. El aislamiento no funcionaba como un remedio sino como una forma de prevenir la expansión de la enfermedad. De esta manera, las ciudades fueron sitiadas y protegidas por tropas. Las personas eran encerradas en sus casas y muchos barrios aislados del resto de la ciudad. Por supuesto que estas medidas tenían una fuerte oposición y generaban disturbios sociales. Ya aparecía en esa época el dilema entre economía y salud.

Durante las diferentes oleadas de peste bubónica, la cuarentena demostró ser la medida más efectiva para evitar su propagación. Para Frank Snowden, la mayor enfermedad endémica de la historia europea no fue eliminada por el avance de la medicina o la ciencia sino por el despliegue del poder militar y de medidas adoptadas por las máximas autoridades políticas para garantizar el aislamiento.

Pero, ¿qué aprendizajes nos dejaron las epidemias que tuvieron lugar en la Argentina? Si bien hubo en nuestro país diferentes epidemias, las dos que impactaron más significativamente en la memoria posterior fueron el cólera y la fiebre amarilla. Estas epidemias se dieron, en distintas oleadas, en un período casi simultáneo de la historia en las décadas de 1860 y 1870. Ambos casos fueron estudiados por el historiador Maximiliano Fiquepron en un hermoso libro titulado Morir en las grandes pestes: Las epidemias de cólera y fiebre amarilla en la Buenos Aires del siglo XIX.

En el caso del cólera, es posible decir que nos dejó un aprendizaje político y es que era necesario tener una ley de acefalía, para decidir qué hacer en caso de ausencia del presidente y el vicepresidente. Durante esa epidemia, el presidente Bartolomé Mitre se encontraba liderando el ejército en la guerra del Paraguay y el vicepresidente, Marcos Paz, era quien gobernaba durante la ausencia. Sin embargo, Paz se contagió de cólera y el 2 de enero de 1868 murió. El gran problema era que no existía una ley que estableciera quién debía sucederlo. Tal como analizó Fiquepron, los ministros le escribían desesperados a Mitre para que volviera, pero, en el siglo XIX, las condiciones de transporte y comunicaciones hacían el proceso muy lento (2). Por eso, durante 15 días, en plena epidemia, no hubo nadie a cargo del poder ejecutivo. Cuando en 1868 asumió el siguiente presidente, Domingo Faustino Sarmiento, una de las leyes que aprobó fue la ley de acefalía para que en caso de ausencia del presidente y vicepresidente asumiera el presidente provisional del Senado. Otro aprendizaje posible que hizo Sarmiento quedó demostrado cuando en 1871, durante su gestión, se inició la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires. Una de las primeras acciones del presidente fue irse de la ciudad, a Mercedes, con el vicepresidente para evitar contagiarse. Una acción muy cuestionada en la opinión pública de la época, pero políticamente entendible a la luz de la epidemia anterior.

En el caso de la fiebre amarilla, cuya oleada más fuerte y recordada se dio en Buenos Aires en 1871, hubo un relato que sobrevivió en la memoria y que se contrapone a lo analizado por historiadores como Maximiliano Fiquepron (3). El relato tradicional sobre la epidemia sostenía que el Estado estuvo ausente y hacía hincapié en el rol de los civiles y las comisiones populares a la hora de ayudar a los enfermos y organizar la ciudad frente a la enfermedad. Sin embargo, para Fiquepron el Estado hizo un aprendizaje durante la epidemia sobre cómo lidiar con estos problemas de salud pública. Se generaron, así, nuevas instituciones y proyectos de reforma en áreas como salud y obras públicas.

Para cerrar, es pertinente señalar que las epidemias dejan huellas profundas en la sociedad, la economía, la política, los imaginarios sociales, la vida cotidiana y el arte. Sin embargo, no todas generan el mismo impacto y, por ende, no todas dejan aprendizajes igual de profundos. En tal sentido, a la luz del pasado, podríamos preguntarnos si la epidemia del COVID-19 dejará huellas que cambien la fisonomía de la sociedad o será un momento más del pasado que pasará sin ser recordado por las generaciones posteriores.

 

Bibliografía 1. Snowden, Frank, Epidemics and Society: From the Black Death to the Present, Yale University Press, 2019.   2. Fiquepron, Maximiliano, Morir en las grandes pestes: Las epidemias de cólera y fiebre amarilla en la Buenos Aires del siglo XIX , Siglo Veintiuno, 2020.

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Biografía del autor/a

Camila Perochena

Dra. en Historia, Universidad Torcuato Di Tella

Publicado
2022-03-29
Cómo citar
Perochena, C. (2022). Las epidemias en la historia: aprendizajes y límites. Actualizaciones En Sida E Infectología, 30(108). https://doi.org/10.52226/revista.v30i108.126
Sección
Editorial