El mpox como una emergencia de salud pública de importancia internacional
Resumen
El mpox es una enfermedad causada por el virus de la viruela del mono (MPXV), documentado por primera vez en humanos en 1970 en la República Democrática del Congo (RDC). Históricamente considerada una enfermedad zoonótica limitada a ciertas regiones de África (1), el mpox tiene dos clados, I y II, cada uno con características epidemiológicas y clínicas particulares.
En abril de 2022 comenzó el brote de mpox, extendiéndose a varios países de Europa y América, lo que determinó la declaración de emergencia de salud pública internacional por la OMS en julio de 2022 (2), vigente hasta mayo de 2023.
Se identificó al clado IIb como responsable del brote, observándose un cambio en los patrones de transmisión. Pasó de ser una enfermedad principalmente zoonótica a una infección con una mayor eficiencia de transmisión de persona a persona, produciéndose a través del contacto estrecho, incluyendo el contacto sexual.
La mayoría de los casos se presentaron en hombres cis, y la transmisión en el entorno de prácticas sexuales se identificó como la principal vía, especialmente entre hombres gay y otros hombres que tienen sexo con hombres (HSH) (3). La alta prevalencia de coinfección con VIH, sífilis y gonorrea ratificó estos cambios en la transmisión.
La curva epidémica tuvo un rápido ascenso hasta agosto de 2022, afectando más de 100 países, con un posterior descenso, pero manteniendo la aparición de brotes o casos esporádicos, principalmente en las Américas. Hasta septiembre de 2024, 123 estados miembros de la OMS han notificado 109.699 casos y 263 muertes.
En América se registraron 65.884 casos y 150 muertes. Del total, el 95,8% fueron hombres, el 84,8% HSH y el 59,0% eran personas con VIH.
La clínica se caracterizó por lesiones progresivas, iniciando como máculas, que evolucionaban a pápulas, vesículas, pústulas y finalmente costras. La característica novedosa fue la localización de las lesiones en zonas genitales y perianales, y en mucosa orofaríngea, relacionadas con las vías de transmisión. El dolor intenso en las zonas afectadas fue uno de los principales síntomas de consulta e internación de estos pacientes. Las complicaciones graves como fiebre, sobreinfecciones, linfoadenopatías generalizadas y sepsis se observaron en personas inmunocomprometidas y con comorbilidades.
El tratamiento se centra en aliviar síntomas y prevenir complicaciones, ya que los antivirales como el tecovirimat aún están en fase de investigación sin efectividad clínica demostrada.
La identificación del nuevo clado Ib en África, con aumento de casos en la República Democrática del Congo (RDC) y su expansión a países vecinos, ha motivado que el 14 de agosto de 2024, en virtud del RSI, el director general de la OMS declarara nuevamente que mpox constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional. Impulsa esta declaración que el clado Ib mantiene una circulación sostenida entre humanos, por contacto cercano y por vía sexual en la RDC, Burundi, Kenya, Ruanda y Uganda de una manera desconocida hasta el momento y con reportes iniciales que sugieren una mayor morbimortalidad. Hasta el 18 de octubre de 2024 se habían confirmado tres casos fuera de África, en Suecia, Tailandia y Alemania (4).
El brote de mpox iniciado en 2022, que continúa hasta la actualidad, aunque con menor frecuencia, junto con la aparición de un nuevo clado en África, requiere mantener y profundizar las medidas de vigilancia epidemiológica para detectar nuevos casos, controlar los focos y realizar estudios para identificar el clado circulante en cada país. Para ello, se debería incluir la notificación obligatoria del mpox en los sistemas de vigilancia.
Es crucial integrar la respuesta en los programas de prevención y control del VIH y las ITS, incluyendo la sospecha clínica y el tamizaje de signos y síntomas en las poblaciones clave y en personas con VIH.
La prevención debe incluir la difusión de información sobre modos de transmisión, comunicación de riesgos y medidas de protección, incluyendo las poblaciones vulnerables y clave.
La participación de las comunidades afectadas fue crucial en el control del brote de 2022/23, incluyendo la divulgación de información para la modificación de las prácticas sexuales de estas poblaciones (5). La comunicación de riesgo debe abordar el estigma y la discriminación, destacando que, aunque cualquier persona puede contraer mpox, existen comunidades y poblaciones clave más afectadas (6).
Las vacunas contra la viruela han demostrado ser parcialmente efectivas contra mpox y la OMS recomienda su utilización en grupos de mayor exposición, especialmente en situación de brotes. Continúa siendo un desafió el acceso equitativo a las vacunas debido a la limitada oferta y su alto costo. Cada país debería hacer una evaluación de su estrategia de inmunización en base a la epidemiología y disponibilidad de recursos.
En síntesis, la aparición del mpox como una infección asociada a las prácticas sexuales, con mayor impacto en poblaciones clave y la aparición de un nuevo clado con potencial de diseminación a nivel global, deben alertarnos para profundizar las estrategias de salud pública que incluyan vigilancia, prevención y atención de las personas. Es imprescindible incorporar vigilancia, prevención y atención del mpox en las estrategias y servicios de prevención combinada y atención para VIH e ITS, los que deben incluir, entre otras, tamizaje para VIH/ITS, PEP, PrEP, inmunizaciones para hepatitis A y B, HPV y provisión de preservativos.
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