En memoria: Dr. Jorge Corral (1944-2023)
Resumen
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El pasado 12 de marzo falleció en la ciudad de Mar del Plata el Dr. Jorge Alberto Corral. Desde la Secretaría de Redacción de ASEI me encargaron recordarlo en una breve reseña. Se trata de una tarea muy difícil la de escribir acerca de un compañero cuya pérdida es tan reciente, y con el que compartimos una vida de trabajo en nuestro querido Hospital Interzonal General de Agudos Oscar Alende de Mar del Plata, pero lo intentaré.
Comenzamos a trabajar con Jorge en 1981, él ya hacía unos años que se desempeñaba como médico asistente del Servicio de Clínica Médica y yo me reintegraba al hospital con un nombramiento en el mismo servicio. Teníamos a cargo una sala de seis camas y, ya desde el inicio, coincidíamos en varias cosas: la pasión por la medicina hospitalaria, el afán de crecimiento y el amor por la residencia. Él ostentaba con orgullo su antecedente de Jefe de Residentes de Clínica Médica del Hospital de Clínicas de Buenos Aires, y yo el del Hospital Oscar Alende; compartíamos ese galardón, ambos éramos muy lectores y amantes del trabajo en equipo.
En ese momento, como siempre, las patologías infecciosas eran prevalentes en el hospital, y el manejo de los antibióticos constituía un serio problema. Fue entonces cuando surgió lo que se convertiría en el punto de partida de un gran proyecto, cuando me dijo, tomando un infaltable café en el bar del subsuelo: “¿Te animás a que normaticemos el uso de antibióticos de las principales infecciones que vemos en el hospital?”.
Así lo hicimos, y eso fue el comienzo de la infectología en el hospital y en nuestra ciudad. Después siguieron la puesta a punto de la bacteriología, la adecuación de los recursos, la organización del consultorio y las interconsultas, el control de infecciones y así... Todo por hacer, seguramente caminos conocidos por la mayoría de ustedes. Jorge consiguió, no sin esfuerzo, que el organigrama del hospital incorporara la Unidad de Infectología, la que luego pasó a la categoría de sala, de la cual fue jefe hasta su retiro.
La infectología clínica estaba en sus comienzos y nos nutríamos de la experiencia de nuestros colegas de Buenos Aires, que estaban más avanzados en el proceso. Jorge establecía los contactos y ellos concurrían al hospital a brindarnos sus conocimientos en el manejo de un servicio de infectología. Recuerdo en esos primeros tiempos a los doctores Daniel Stambouliam, Liliana Clara, Abel Jasovich y Horacio López, entre otros. A su venida organizábamos ateneos, discutíamos casos clínicos y actualizábamos temas de la especialidad. Concurrían médicos clínicos, residentes de Clínica Médica y colegas de otras instituciones de salud de la zona. Fue una etapa de importante crecimiento, y que propició la incorporación de nuevos profesionales al servicio, liderados por un jefe activo, convocante y respetado como fue Jorge Corral en toda su trayectoria.
No puedo dejar de mencionar lo que significó el sida para la Sala de Infectología y para todo el hospital. Bajo la coordinación de Jorge, y con la participación del Dr. Alejandro Ferro, debimos organizar la atención, internación y seguimiento en medio de las incertidumbres iniciales, la dificultad del manejo a nivel médico, social e institucional en medio de una explosión de casos que se producían en ese período en Mar del Plata, y cuyo único lugar de atención era el Servicio de Infectología. El jefe supo conducir airosamente esa situación resolviendo problemas y adquiriendo él y todos nosotros una excelente experiencia que convirtió al servicio en un verdadero referente del tema.
En 1998 propició la creación de la Residencia de Infectología, de la cual han egresado hasta hoy 22 residentes y 2 concurrentes que obtuvieron la Especialidad, y que fueron poblando las instituciones sanitarias públicas y privadas de la ciudad y de otras partes del país, representando con prestancia a su lugar de formación.
La investigación clínica constituyó una meta ampliamente lograda. El Dr. Corral lideró a nuestro grupo, el cual se integró a los mejores centros de investigación, realizando una gran variedad de ensayos clínicos de jerarquía.
La tarea asistencial dio también paso a la docencia universitaria y así fue titular de la cátedra de Infectología y Microbiología de la Facultad de Medicina de la UnIversidad FASTA de Mar del Plata. Asimismo, fue miembro de la Sociedad Argentina de Infectología y de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Mar del Plata,
con participación activa en los congresos y jornadas de ambas sociedades científicas.
Gran persona y excelente profesional, padre de la infectología marplatense, referente de la infectología local y nacional, formador de generaciones de médicos clínicos e infectólogos. Todos te vamos a extrañar, Jorge “Nono” Corral.